Con posterioridad al 11 de septiembre, muchos comentaristas expresaron su reiterada preocupación por el hecho de que Estados Unidos dependía del Medio Oriente como fuente de abastecimiento de petróleo y, por ende, tenía una dependencia política y económica de una región inestable. La mayoría de estos observadores expresaron también un cierto pesimismo por la capacidad de Estados Unidos de cambiar esta situación. Pero en realidad, la posición de Estados Unidos en materia energética es actualmente más sólida de lo que pareciera y hay motivos para creer que mejorará en el futuro como consecuencia de la creciente importancia de Canadá como fuente de petróleo. Según el Consejo Nacional de Energía del Canadá, este país tiene el depósito de arena bituminosa más grande del mundo y podría igualar o superar las reservas comprobadas de petróleo que tiene Arabia Saudita. Canadá ya es el mayor exportador de petróleo de los Estados Unidos y es probable que su producción se triplique en esta década. Ello ejercerá nuevas presiones sobre la OPEP, debilitará la influencia política de Arabia Saudita y fortalecerá en gran medida la posición energética de los Estados Unidos. Esta monografía describe los rápidos cambios de la industria petrolera canadienses y la forma en que podrían afectar a los Estados Unidos desde el punto de vista de la seguridad.