Será el trágico el 11 de Septiembre del 2001 el que marcará un antes y un después en materia de seguridad hemisférica e internacional. El tantas veces anunciado "terrorismo catastrófico" o "masivo" hacía su plena aparición en el país rector en materia de seguridad internacional. A partir de ese momento fueron madurando más aceleradamente un conjunto de reflexiones que irían dando forma a una verdadera Grand Strategy de largo plazo que por su trascendencia algunos comparan con las desarrolladas en el primer tramo de la Guerra Fría. La desestabilizadora combinación de "Estados terroristas" o "villanos", las redes del terrorismo internacional -y sus aliados tácticos o estratégicos a niveles regionales o nacionales- y la proliferación de armas no convencionales pasó a ser el centro de la preocupación de las próximas décadas. En este contexto, la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) realiza un agudo y sofisticado análisis sobre la interacción y cooperación entre el terrorismo internacional y el crimen organizado así como la necesidad de poner límite a la difusión de "espacios o zonas no gobernadas" y "Estados débiles" que sirven de base a este tipo de actores no estatales. Frente a la naturaleza de estas amenazas, la cooperación bilateral y multilateral en materia de seguridad, Defensa, flujos financieros y de mercaderías pasa a tener una importancia vital. En este contexto, The Rule of Law y la fortaleza del Estado democrático y de sus instituciones adquieren una relevancia estratégica concreta frente a enemigos no estatales que ven en los "Estados débiles" y "democracias no liberales" un terreno fértil para su accionar.