En el artículo se analizan las dificultades para alcanzar un consenso a nivel hemisférico en materia de seguridad y defensa. Los autores detectan dos principales: a) la importancia que los distintos países otorgan a su seguridad nacional como elemento prioritario, y b) la preeminencia de diseños de seguridad global. Entre los años 2002 y 2003 se debatió en el seno de la OEA el concepto de "Seguridad Hemisférica". Entre los 34 países que conforman la organización, se redactó la "Declaración sobre Seguridad de las Américas", como resultado de la reunión de México, del 27 y 28 de octubre de 2003. En estas negociaciones dos conceptos de seguridad se discutieron: uno más ligado a las problemáticas sociales, económicas y de gobernabilidad, sostenido por muchos gobiernos de América Latina y el Caribe, denominado "seguridad multidimensional", y un segundo concepto, más circunscrito a los temas de cooperación contra el terrorismo, narcotráfico, crimen organizado, y las llamadas "amenazas emergentes", sostenido principalmente por Estados Unidos. Igualmente, hay países que han desarrollado conceptos como el de "seguridad humana", como Canadá. Estos problemas derivan en una compleja agenda de seguridad y defensa, o una agenda Norte-Sur: el norte preocupado por las nuevas amenazas encabezadas por el terrorismo, el sur por problemas de desarrollo. Finalmente, en el artículo se analiza la contradictoria posición de México, donde trata de plasmar sus principios de política exterior en el debate de seguridad hemisférica, al mismo tiempo que es parte de América del Norte, y por ende, vecino de Estados Unidos.