Para el gobierno canadiense es importante contribuir a las operaciones de mantenimiento de paz en Haití debido a los compromisos asumidos con instituciones e intervenciones multilaterales; al riesgo de pandillas, drogas y refugiados inundando la región; y al importante papel que juega el voto de los inmigrantes haitianos en la política canadiense. Un equipo de funcionarios de relaciones exteriores, ayuda internacional, defensa y las fuerzas policiales nacionales, se encargó de la inteligencia y el diseño de opciones para la misión - configuradas mediante un diálogo interactivo con el UNDPKO, tal y como se utilizó con la MINUSTAH, con la decisión final a cargo del Primer Ministro. El lento avance en restablecer el orden civil e instituciones democráticas realmente eficaces indica la necesidad de lograr intervenciones mejor diseñadas, basadas en un conocimiento más profundo de la sociedad haitiana y de asumir un firme compromiso con la misma, apoyando su potencial avance hacia la gobernabilidad.