El clamor por la defensa de la paz universal viene de lejos, pero quizá su mayor expresión se ha consolidado con la institucionalización de las operaciones de mantenimiento de la paz (OMP) lideradas por la ONU. Durante el periodo de la Guerra Fría, estos instrumentos se utilizaron poco; sin embargo, después de 1988, hubo un aumento sustancial de las OMP instituidas. Este documento presenta una reflexión sobre las posibles razones que llevan a los países a querer integrar las operaciones de paz. Presenta argumentos de que, más que la solidaridad, los verdaderos intereses de los Estados son el reconocimiento de la comunidad internacional y la financiación de sus fuerzas regulares. Se trata de abordar en detalle el caso brasileño, dejando claro cuál fue la opción de la política exterior brasileña para aumentar su participación en estas operaciones.