Este trabajo se propone contribuir a nuestra comprensión del proceso de consolidación democrática en México. Sostiene que el cambio cultural político es un componente necesario de la consolidación y toma como núcleo de la cultura política las "narrativas simbólicas", los relatos predominantes sobre la nación que establecen los términos de la competencia política. La consolidación democrática incluye, pues, la liberalización de las narrativas simbólicas que circunscriben el poder del Estado. Las narrativas simbólicas mexicanas desde la independencia, en cambio, han reservado un papel preponderante al Estado como agente de transformación social positiva. La consideración de esta herencia cultural política ilumina las tendencias antiliberales de la democracia mexicana actual, y deja claro que la consolidación democrática se enfrenta a obstáculos más importantes de lo que se suele suponer.