Desde hace 25 años, el Centro de Estudios Hemisférico de Defensa William J. Perry busca establecer lazos de cooperación entre los diferentes países de Latinoamérica, y para ello crea una red de profesionales que lideran los temas de seguridad y defensa en el hemisferio, que tienen capacidad para ofrecer soluciones compartidas a los desafíos contemporáneos. Esa es una de las razones por las que ofrece cursos variados a lo largo de los años, como el curso de Estrategia y Política de Defensa. Cuarenta y ocho estudiantes de diversos países fueron graduados en una ceremonia realizada el 28 de octubre en la Universidad Nacional de Defensa (NDU), donde está ubicado el Centro Perry, en el Fuerte Lesley J. McNair, en Washington, DC.
«Durante más de un mes ustedes fueron parte activa de nuestro centro y de nuestra comunidad. Primero en la fase virtual donde interactuaron frecuentemente en los foros y participaron en debates impulsores. Después, hace dos semanas, iniciaron la fase residencial del curso. Algunos llegaron a nuestro centro por primera vez, otros forman ya parte de nuestros egresados», dijo en su discurso ceremonial a los estudiantes el Dr. Paul Angelo, director del Centro Perry. «Hoy este evento de clausura cierra un día lleno de emociones. Los grupos presentaron el balance académico con los retos y las perspectivas más relevantes para el diseño y la implementación de estrategias de defensa, procesos de adaptación, modernización y transformación; una reforma institucional».
Retos globales
Durante su estadía en el Centro Perry los estudiantes pudieron analizar el alcance y variedad de perspectivas de los retos y problemas de seguridad a nivel global, hemisférico, regional y nacional, para abordar las amenazas al hemisferio occidental. «Deseo sinceramente que este curso haya servido para preparar mejor a cada uno de ustedes, para participar efectivamente en los procesos de formulación de estrategias y políticas de defensa y seguridad en sus propias naciones en toda la región. Somos sus amigos y socios en este esfuerzo», declaró el Teniente General de la Fuerza Aérea de los EEUU Michael Plehn, presidente de la NDU.
Opinión universal
La opinión generalizada entre los estudiantes con quien conversó Diálogo es que los hechos más relevantes del curso fueron las relaciones establecidas, además de conocer cómo piensan otros países que tienen problemas similares. «Es siempre bueno actualizar la información, actualizar los conceptos, actualizar los enfoques. No hay nuevas tendencias, hay nuevas amenazas», añadió el Contraalmirante (R) Hugo Verán Moreno, director del Curso de Dirección Estratégica para la Defensa y Administración de Crisis, de la Escuela Superior de Guerra Naval de Perú, y graduado del Centro Perry. «Creo que el Centro Perry irradia ese conocimiento actualizado, y siempre es bueno mantener o establecer relaciones con personas de otros países que están involucradas en temas de seguridad y defensa, o que estarán involucradas en temas de defensa en el futuro, que tienen visiones distintas de acuerdo con cada país, a pesar de que somos muy parecidos».
Para el Capitán de Navío (ret.) de la Armada de Brasil Fortunato Lobo Lameiras, adjunto del director del Curso de Altos Estudios de Política Estratégica de la Escuela Superior de Guerra, en Río de Janeiro, «lo más interesante de este curso es que combina experiencias teóricas y prácticas. Es decir, tenemos conferencias, lecturas obligatorias y luego, después de cada lectura, tenemos un ejercicio de un día basado en un país ficticio. Lo que más contribuyó fue ver la diferencia. Fue trabajar con ocho, nueve colegas, que tienen nueve visiones y principalmente nueve enfoques diferentes del mismo problema».
El orador invitado de la ceremonia, el Embajador Todd D. Robinson, subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de los EEUU, fue quien mejor resumió la opinión general al término del curso. «Ojalá hayan pasado algún tiempo ampliando sus redes más allá de las fronteras internacionales. ¿Por qué? En primer lugar porque ningún país puede librar esta lucha por sí solo. En segundo lugar porque los delincuentes no dejan que las fronteras internacionales les impidan llevar el dolor y la miseria, la muerte y la destrucción a sus comunidades. Trabajar juntos, ya sea a través de las fronteras o simplemente entre dos colegas de diferentes agencias, produce resultados».
POR MARCOS OMMATI – REPRODUCIDO CON PERMISO DE LA REVISTA DIÁLOGO
