El miércoles 26 de abril de 2017, el Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa William J. Perry organizó el Foro Hemisférico, «Actualización de Comando: Operaciones Militares y Policiales durante el Proceso de Paz Colombiano». La profesora del Centro Perry Celina Realuyo moderó el foro. El orador principal fue el General de División Carlos Alfonso Rojas Tirado, Jefe de Estado Mayor del Comando de Transición Estratégica de Colombia (COET) y Comandante del Comando Conjunto de Monitoreo y Verificación de Colombia. Con la responsabilidad principal de la implementación militar del desarme y la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los antecedentes de haber participado personalmente en las negociaciones de paz en La Habana, el General Rojas está singularmente calificado para describir la realidad sobre el terreno de Colombia después del conflicto y contextualizar las operaciones actuales con respecto a las expectativas de los negociadores.
El General Rojas resumió brevemente la historia del conflicto colombiano y luego discutió el marco bajo el cual se negoció el proceso de paz en Cuba. En un intento de forjar acuerdos de paz que fueran justos, eficientes y minimizaran más pérdidas de vidas, los representantes del gobierno colombiano, las FARC y las Naciones Unidas (ONU) negociaron bajo un cese de las hostilidades que requería que los combatientes de las FARC se localizaran y centralizado en zonas designadas, delimitadas por zonas de amortiguamiento de un kilómetro abiertas solo a representantes de la ONU. El acuerdo final, firmado el 23 de junio de 2016, exigió un proceso de desarme FARC operacional y logísticamente complejo que fuera verificable, simultáneo en todas las partes del país e implementado principalmente por COET.
Al considerar el éxito preliminar del acuerdo de paz y su implementación, el General Rojas consideró la cuestión desde múltiples perspectivas. Desde la perspectiva de la paz, el acuerdo ya es una victoria, dijo, porque ningún ciudadano colombiano ha muerto a manos de las FARC desde que se firmó el acuerdo. Desde una perspectiva ética, el proceso de paz satisface una necesidad social crítica, ya que la guerra genera un intenso trauma social para todo el país. La perspectiva política y la continua controversia sobre el acuerdo de paz siguen siendo cuestiones abiertas, pero, en la evaluación del General Rojas, el proceso de paz ha pasado el punto de no retorno, y la implementación ha sido rápida en comparación con casos similares en todo el mundo. El desafío para todos los colombianos ahora es construir paz todos los días, una mentalidad social que no se puede ratificar con solo una firma.
