El artículo tiene dos objetivos: en primer lugar, mostrar cómo Brasil, en comparación con otros países latinoamericanos, representa un caso exitoso de incorporación de los militares en el nuevo orden democrático. Segundo, demostrar que parte de este proceso de subordinación de los militares al poder civil, y la consiguiente redefinición de las relaciones cívico-militares, puede ser acreditada a la manera en que Brasil concibió y negoció la amnistía política durante la transición al gobierno civil. Además, se sostendrá que dicho éxito se debe también a la manera en que los gobiernos elegidos democráticamente en los años 1990 confrontaron, en nombre del Estado, las incertidumbres que quedaban en cuanto a "saldar cuentas pendientes del pasado".