Este artículo introduce la problemática general de las llamadas actividades de inteligencia, que tratan de la recolección, análisis y diseminación de información necesaria para los procesos de toma de decisiones en cuestiones de política exterior, defensa nacional y orden pública. Inteligencia se define como un tipo de conflicto entre voluntades antagónicas que trata predominantemente con la obtención y la negación de conocimientos y datos. De ahí se desarrollan ciertas características organizacionales y operacionales únicas a la actividad de inteligencia, tales como la separación institucional entre las fases de recolección y de análisis y el secreto gubernamental. También el artículo hace mención de las tensiones entre la inteligencia y la democracia, además de las utilidades que los gobiernos esperan obtener con la inteligencia en la guerra y en la paz.